24 abril 2006

IMPERMEABILIDAD SELECTIVA

Este concepto de "IMPERMEABILIDAD SELECTIVA" tiene su pequeña historia y fue un estupendo hallazgo que hicimos en mi anterior trabajo.

Estábamos tres personas que formábamos un muy buen equipo de trabajo. Trabajábamos bien y mejorábamos constantemente nuestros procesos. Sin embargo empezó a crecer el ego del jefe mas directo. De ahí a las pretensiones había un paso y de las pretensiones a gentuza medio paso. Empezaron a entrar "pofesionales", que al contrario de lo que en su día me dijeron Julen y Jaizki, jamás quisiera a menos de 500 metros de mi vida o trabajo. Empezó a entrar gente que sumaba negativo.

Esta gente, en parte para esconder sus pocas aportaciones profesionales, se dedicó a criticar el trabajo de los demás... Resumiendo, por esto y otras cosas, todo se fue al carajo... a la mierda motivación y ambiente laboral.

Yo me largué, pero antes del adiós se nos ocurrió este concepto para que un compañero que se largaba unos meses después no se quemara de ver lo que estaba viendo todos los días:

IMPERMEABILIDAD SELECTIVA

Esto se convirtió en un etiqueta que pegó en su monitor. Al marcharse él, la compañera del grupo que quedaba heredó la pegatina.

Como le llevo el mantenimiento informático a mi ex-empresa, el viernes pasado le cambié el ordenador a esta compañera. Le puse otro nuevo con Windows. En el viejo monitor, casi un año después, seguía pegada la pegatina, incluso rotulada de amarillo. Ahora no sé que echará mas de menos:

  • El Kde sobre Linux que llevaba usando hacía casi dos años. Hoy me decía que lo extrañaba y que en windows se sentía encerrada. O...
  • La pegatina de impermeabilidad selectiva.

Yo creo que el escritorio con linux, ella, tal vez, ha sido mas inteligente que nosotros dos...

Fidelidad a empresa o a empresario?

Hoy, un poco por "asco" profesional y otro por esta cita (que he me ha llegado a través de microsiervos y otro blog que no recuerdo):

"Si le deseas lo peor a tu jefe, haz lo que te pida"

Me ha dado por pensar en la fidelidad de un profesional. Generalmente los empresarios tratan de comerte el coco para que te involucres con la empresa. ¡Vale! Pongamos que lo ha conseguido. Pero ahora hay que explicarle a él que el binomio empresa = empresario no es necesariamente correcto. En el mismo se parte de una presunción religiosa, y por tanto sin mas base científica que la fe, nada más y nada menos de: "la infalibilidad divina del jefe".

Una empresa es la suma de intereses y objetivos de varios actores: dueños, trabajadores, gerencia, proveedores, administración pública, clientes. Todo ellos, en mayor o menor medida, aportan algo para el éxito de la misma. Ni siquiera el empresario tiene derecho a hipotecar el interés de la empresa con el suyo propio. Que de la rentabilidad haga lo que le plazca, pero la empresa es cosa de todos.

He visto en numerosas ocasiones como empresarios tomaban decisiones explícitamente perjudiciales para sus empresas. En ocasiones por desconocimiento pero en muchas otras por su interés personal, lo que puede ser interesante a corto plazo pero que a largo plazo puede ser ruinoso para ellos mismos.

En estas ocasiones, como profesional, ¿A qué hay que ser fiel? ¿Al empresario o a la empresa?

Yo siempre he tratado de ser fiel a la empresa y más cuando eso suponía serlo también a mí mismo. Tal vez por eso arrastre cierta fama de problemático... No lo puedo evitar pero desprecio profundamente la política de "Tú nunca le lleves la contraria al jefe". Dicha forma de actuar siempre es nefasta para la empresa, pero es mortal cuando el que la sigue es un alguien con un puesto de responsabilidad importante. Alguien que se supone que no está para hacer friegas cunilinguales, sino para aportar valor añadido a la empresa.

De todas formas ya no estoy seguro de casi nada, lo mismo estoy equivocado, por eso mañana sobre la marcha decidiré si le digo a un cliente dos muy malas noticias. Y todo esto en contra de lo que le dice la persona que éticamente y profesionalmente está obligada a decirle la verdad, pero que en parte por incapacidad y en parte por pelota no tiene ningún interés en hacerlo.

Lo mismo al final opto por la "IMPERMEABILIDAD SELECTIVA" y hago simplemente lo que me pida... aunque en el fondo sigo pensando que no es ético ni bueno para la empresa... y uno no se ha ganado la fama de problemático por nada... al final volveré a caer en lo mismo... seguro...

21 abril 2006

Días de derrota y desahucio

Me reconozco algo misántropo, por eso uno de los objetivos de ser emprendedor-autónomo, aparte de no tener que llevar corbata, es no tener que preguntar por cosas que no me importa saber. Tipo de:

  • ¿ Como llevas tu saque de golf (no se como coño se dice en inglés)?
  • ¿ Cómo va tu hijo?
  • ¿ A cuanto se pone tu coche?
  • ¿....?

No aspiro a hacer política, aspiro a crear y divertirme haciéndolo.

De todas formas hoy dudo de todo. En mi antiguo trabajo ahora hacen convivencias para jugar al pader y al golf. El que cubrió parte de mi puesto, cobra bastante más de lo que yo cobraba, aunque no tiene mucha idea de muchas cosas y sigue utilizando todas las herramientas que yo generé e implanté para la organización y gestión de la empresa. Incluso sigue presentando los resultados en la hoja de cálculo que yo me curré hace casi dos años. No ha cambiado ni mejorado nada, pero supongo que tiene mejores habilidades para hacer que le reconozcan los pocos méritos que parece que tiene. Seguramente porque sabe hacer preguntas de cortesía y no llevar nunca la contraria al jefe.

Por otro lado, en otra empresa, se confirman mis peores augurios y definitivamente sufrimos al mejor prototipo de trepa pelota. Aquí no quiero entrar en detalles, y mira que me apetece, solo decir que le hemos tenido que cerrar todo el tema fiscal porque simplemente no tiene ni idea de como se hace. Al final él se ha encargado muy bien de arrogarse todo el mérito y conforme íbamos avanzando en la obtención de datos iba corriendo, siempre con su chaqueta puesta, a darle los partes al jefe y ya de paso soltarnos mierda encima. Tiene su parte de gracia escucharlo decir gilipolleces como el que no tener contabilizada alguna remesa y disposiciones de préstamos son el origen de las pérdidas en la cuenta de resultados. Pero eso no nos consuela porque todo lo que tiene de incapaz para desarrollar su trabajo lo tiene de pelota y cabrón para soltar sus heces sobre otros y robar méritos. Eso unido a jefes sin criterio definitivamente es mortalmente frustrante.

Ya que no tenemos el privilegio de no tener que trabajar, por lo menos tenemos el derecho de elegir con quién trabajar, y yo a este imbécil no lo soporto, y no es nada personal. Así que si me lo permite alguien a quien quiero mucho, voy a perderlo de vista durante unos meses.

Con un poco de suerte irá cayendo solo y sino tengo una bonita bala de plata de metedura de plata de 160.000 €uros que meterle entre ceja y ceja si me toca mucho los cojones.

De todas formas tampoco estoy convencido de que haga lo correcto. Ellos se llevan las flores, la pasta y yo los problemas y los quebraderos de cabeza. Empiezo a dudar pero por ahora no sé hacerlo de otro modo, pero me parece que para poder sobrevivir profesionalmente o me tengo que hacer rico pronto o volverme un gilipollas pelota y trepa.
Así que teniendo en cuenta mi punto de misantropía, esto de tirar para adelante con la empresa es una cuestión pura y dura de supervivencia ética y física.

Eso lo dejo para mañana, hoy me siento derrotado y casi solo... ¡pobre mierda de mundo, "está en manos de los peores"!

Sobre bloguear

Últimamente he mantenido una cuarentena con esto de bloguear. Fundamentalmente por recato y honestidad ya que he descubierto dos tendencias en mis entradas.

La primera: Tratar de parecer mejor de lo que realmente soy. Supongo que este tipo de entradas son el fruto de los días de euforia. Son textos desde la cumbre, y como corresponde, desenfocados y desmesurados.

Evidentemente, como todo buen maniaco-depresivo que se precie, también caigo en el otro extremo y mis blogs, y fundamentalmente este, terminan reflejándolo. Así que la segunda tendencia es:

Desahogarme y sonarme en un pañuelo de bytes. Eso es lo que supuran los días de derrota y de desahucio de la inocencia.

Durante esta cuarentena he tratado de encontrar un tono equilibrado y ecuánime. Al final lo mas honesto ha sido callarme. Pero por desgracia también lo mas aburrido, para mí y supongo que para todos aquellos que de vez en cuando, por fidelidad o despiste recalan en este blog.

Lo cierto es que hoy necesito usar esto en el sentido de la segunda tendencia, así que vuelvo por el vecindario. Lo siento mucho, pero supongo que me moveré de nuevo entre los dos extremos de lo maniaco-depresivo textual.