24 abril 2006

Fidelidad a empresa o a empresario?

Hoy, un poco por "asco" profesional y otro por esta cita (que he me ha llegado a través de microsiervos y otro blog que no recuerdo):

"Si le deseas lo peor a tu jefe, haz lo que te pida"

Me ha dado por pensar en la fidelidad de un profesional. Generalmente los empresarios tratan de comerte el coco para que te involucres con la empresa. ¡Vale! Pongamos que lo ha conseguido. Pero ahora hay que explicarle a él que el binomio empresa = empresario no es necesariamente correcto. En el mismo se parte de una presunción religiosa, y por tanto sin mas base científica que la fe, nada más y nada menos de: "la infalibilidad divina del jefe".

Una empresa es la suma de intereses y objetivos de varios actores: dueños, trabajadores, gerencia, proveedores, administración pública, clientes. Todo ellos, en mayor o menor medida, aportan algo para el éxito de la misma. Ni siquiera el empresario tiene derecho a hipotecar el interés de la empresa con el suyo propio. Que de la rentabilidad haga lo que le plazca, pero la empresa es cosa de todos.

He visto en numerosas ocasiones como empresarios tomaban decisiones explícitamente perjudiciales para sus empresas. En ocasiones por desconocimiento pero en muchas otras por su interés personal, lo que puede ser interesante a corto plazo pero que a largo plazo puede ser ruinoso para ellos mismos.

En estas ocasiones, como profesional, ¿A qué hay que ser fiel? ¿Al empresario o a la empresa?

Yo siempre he tratado de ser fiel a la empresa y más cuando eso suponía serlo también a mí mismo. Tal vez por eso arrastre cierta fama de problemático... No lo puedo evitar pero desprecio profundamente la política de "Tú nunca le lleves la contraria al jefe". Dicha forma de actuar siempre es nefasta para la empresa, pero es mortal cuando el que la sigue es un alguien con un puesto de responsabilidad importante. Alguien que se supone que no está para hacer friegas cunilinguales, sino para aportar valor añadido a la empresa.

De todas formas ya no estoy seguro de casi nada, lo mismo estoy equivocado, por eso mañana sobre la marcha decidiré si le digo a un cliente dos muy malas noticias. Y todo esto en contra de lo que le dice la persona que éticamente y profesionalmente está obligada a decirle la verdad, pero que en parte por incapacidad y en parte por pelota no tiene ningún interés en hacerlo.

Lo mismo al final opto por la "IMPERMEABILIDAD SELECTIVA" y hago simplemente lo que me pida... aunque en el fondo sigo pensando que no es ético ni bueno para la empresa... y uno no se ha ganado la fama de problemático por nada... al final volveré a caer en lo mismo... seguro...