23 marzo 2006

Dependencias

A veces tengo la injusta sensación de tener que pedir perdón a las empresas por la dependencia que tienen de mí.

Creo que existen dos clases de dependencias de empresas hacia las personas: la inducida y la sobrevenida.

La dependencia inducida es la que genera la persona de forma consciente y pretendida. La forma de conseguirla pasa por: Ocultación de información, control exclusivo y defendido de procedimientos y procesos, no transmisión de conocimiento, control individual de datos, .... Bajo mi punto de vista esta dependencia es artificial, ya que está basada en barreras artificiales.

Como profesional no me parece ético fomentar este tipo de dependencia.

La dependencia sobrevenida no se genera de forma consciente por la persona. Simplemente viene determinada por el entorno. La persona no tiene problema en transmitir sus conocimientos, pero no hay nadie interesado en recibirlos. Tampoco controla la información, la deja libre, pero nadie se preocupa de usarla. Generalmente actúa de forma proactiva ante los retos y los problemas, eso lo capacita un poco más para la realización de sus funciones y la larga genera mas dependencia. Si sus compañeros son mas pasivos, no se verá acompañado en su avance.

En este caso no es culpable de generar dependencia, lo es su entorno, y la responsabilidad última sobre este es de la dirección de la empresa.

Es muy frustrante que te confundan la dependencia, pero lo tengo claro:

  • No voy a pedir perdón por lo que sé, pediré por lo que no sé. Tampoco voy a pedir perdón por lo que tu no sabes.
  • No voy a pedir perdón por esforzarme, pediré por los esfuerzos que no haga. Tampoco voy a pedir perdón por los esfuerzos que tú no haces.
  • No voy a pedir perdón por lo que hago, pediré por lo que no haga. Tampoco voy a pedir perdón por lo que tú no haces.

Supongo que las empresas para las que trabajo son libres de no querer depender de mí. Pero espero por su bien que para ello sigan el camino de aprender, esforzarse y hacer ellos mismos.

4 Comments:

Anonymous Anónimo said...

La gente muy proactiva y autosuficiente, si no tiene mucha mano izquierda, suele generar un efecto desmotivador en el resto.

Mucha gente tiene dificultades para acercarse a esa gente, por no querer arriesgarse a no estar a la altura.

No todo el mundo tiene las mismas preocupaciones, inquietudes e intereses que tú. Dales una oportunidad. ;)

Seguro que puedes sacar alguna idea interesante del blog de Julen.

23/3/06 12:37  
Anonymous Anónimo said...

Me parece que acabas de resumir el lema de los emprendedores en 3 frases, acabo de encontrar una inspiración en esas frases, ahora mismo las estoy imprimiendo. Me parece unas frases que aunque parezcan prepotentes, deberíamos leer todo el mundo que piensa como tú por las mañanas.

Nosotros no tenemos la culpa de ser "mentes inquietas"

23/3/06 22:57  
Blogger Oscar said...

Estoy en parte de acuerdo contigo y en parte con jaizki. No todo el mundo tiene las mismas capacidades y es algo prepotente esa postura.

Yo indultaria al menos a quienes intentan superarse dia a dia, aunque sea en niveles inferiores a los tuyos y lo digo sin retintín.

24/3/06 13:22  
Blogger LibertaCom said...

Bueno, supongo que han pesado algo las entradas anteriores. Pero esta vez no quería ir contra nadie. Simplemente trataba de hablar sobre esa delgada línea roja que un profesional tiene que arrastrar cuando la empresa tiene dependencia de él. La línea que separa la dependencia inducida de la sobrevenida.
A mí al menos me sucede eso. A veces tengo necesidad de autojustificarme y no asumir una culpabilidad que no me corresponde.
Sobre la mano izquierda, jaizki tienes toda la razón, por eso trato de tenerla con la gente que se lo merece. Aunque me reconozco poca compasión para cuando no la merecen. Y sí, esto es muy prepotente, pero bueno, moverse siempre entre lo políticamente correcto es soso y lento y ciertamente no aspiro a la santidad ;)

24/3/06 16:19  

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